Leer en voz alta o narrar oralmente

Vamos a diferenciar en primer lugar leer de narrar. Si bien ambos modos comparten el espacio oral, la clave distintiva es que en un caso no contamos con el texto (el libro, la obra) presente y en el otro sí. Y ya esto nos permite pensar los alcances que cada uno habilita:

 

 

¿Cuál recomendamos? ¡Las dos! Ambas modalidades frente a los relatos apuntan a construir diferentes experiencias de placer y aprendizaje, pues entonces los niños deben poder participar de manera alternada y recurrente en estas escenas, no solo como receptores sino también como posibles narradores orales o lectores en voz alta. Si con la narración oral los niños experimentan la escucha activa de relatos de historias que captan su atención y los motivan e interpelan, con la lectura en voz alta los niños también asisten a la escucha atenta de la riqueza de los procedimientos que lleva adelante un lector cuando comprende un texto.


 

Tal vez, después de esto, ¡te invitamos a experimentar y compartir estas dos modalidades en la próxima Maratón! Porque recordá que, también, leer en voz alta es llevar más lejos la lectura.